La
psicomotricidad es el área de aprendizaje que considera al hombre como
un ser global en el que el cuerpo y la psique van unidos, defendiendo el
valor de la actividad corporal como fuente de todo aprendizaje.
Autores como Acouthurier (1985), nos definen la psicomotricidad como la
expresividad motriz corporal basada en la interrelación psique- soma.
En la rutina diaria es importantísimo desarrollar los diferentes
parámetros de la psicomotricidad: esquema corporal, tonicidad y control
postural, coordinación óculo-manual, organización espacio-temporal,
control respiratorio…
Para trabajar la psicomotricidad desde un marco constructivo y
significativo llevo a cabo en el aula una sesión de psicomotricidad.
Esta sesión de psicomotricidad se puede incluir dentro del rincón de
psicomotricidad que ha de ser un lugar de encuentro y placer, por eso
debe ser amplio, iluminado y bien dotado de material.
Lo ideal es programar una sesión de psicomotricidad para cada unidad
didáctica, ya que en cada sesión trabajamos de forma global el centro de
interés que nos corresponde.
No es necesario realizar las fases que a continuación voy a exponer
siempre en el mismo orden, sino que se pueden variar adaptándolo a las
necesidades de cada día.
En esta sesión partiremos del centro de interés del otoño.
Voy a poner el ejemplo de una sesión que incluyo dentro del centro de interés del otoño y en la que se distinguen varias fases:
FASE 1: DE PRESENTACIÓN.
Los niños y las niñas llegan a la sala de psicomotricidad, se sientan en
semicírculo alrededor mío y comentamos lo que vamos a realizar en la
presente sesión.
Expongo que vamos a utilizar como recursos hojas y frutas, además de las cuerdas y las colchonetas de la sala.
También, tendremos que atender a la música de fondo que tendremos
puesta, como puede ser Las Cuatro Estaciones de Vivaldi “el otoño”.
Los niños y las niñas observarán las hojas y dialogaremos sobre cómo
son, qué podemos hacer con ellas: bailar con ellas, seguir caminos con
hojas, sentarnos y saltar sobre ellas, caminar sin pisarlas…
FASE 2: DE ACTIVIDAD EXPLORATORIA.
Dejaré que los niños y niñas jueguen libremente. Observo que unos saltan
sobre las colchonetas, otros ruedan, otros siguen caminos de cuerdas,
esparcen las hojas, hacen caminos y caminan sobre ellas, pisándolas, sin
pisarlas…….
FASE 3: DE ACTIVIDAD GUIADA.
Cuando observo que ya se les han agotado las ideas o se aburren y forman
mucho alboroto, intervendré ayudándoles a que descubran nuevas
posibilidades de acción:
Podemos imaginarnos que somos árboles que estamos rectos y quietos; pero
cuando sopla el viento nos movemos a un lado, a otro lado…
Observaré qué hacen los niños y las niñas después de estas sugerencias,
cómo lo hacen, en qué orden, si son creativos e inventan formas de
moverse…
FASE 4: DE ACTIVIDAD CONDUCIDA.
Las mismas actividades sugeridas las realizaremos ahora de una manera
dirigida y estructurada. Aquí incluyo los diferentes juegos que he
preparado. A modo de ejemplo explicaré uno:
IMITAMOS ACCIONES DEL OTOÑO
Nos distribuimos por la sala y bailamos mientras suena la música. Cuando
la música pare el niño o la niña que yo nombre será el que dirige el
grupo y hará acciones típicas del otoño que los demás compañeros tendrán
que repetir. Estas acciones pueden ser:
- Agacharse cogiendo frutos del otoño y meterlos en una cesta.
- Barrer las hojas que están en el suelo.
- Luchar contra el viento mientras paseamos.
- Pasear con paraguas bajo la lluvia…
Después pondré la música y todos seguirán bailando por la sala hasta que
vuelva a para la música y sea otro niño o niña al que nombre para que
sea el guía.
FASE 5: DE ACTIVIDAD MODIFICADA.
En esta fase les sugeriré que jueguen libremente a lo que más les haya gustado de todo lo que han practicado:
Algunos jugarán a “imitar acciones”, otros bailarán con las hojas al ritmo de la música…
Ya habrán aprendido detalles de los juegos y lo aplicarán a su juego espontáneo.
FASE 6: DE RELAJACIÓN.
Los niños y las niñas recogen todo el material y se tumban en las
colchonetas, con los ojos cerrados. De fondo escucharán una música
suave. Se imaginarán un bosque en otoño, que yo les iré describiendo:
“Las hojas se van cayendo muy despacito, el suelo se ha cubierto de
hojas amarillas y marrones, el viento suena: SSSSSS SSSSSS….Ha comenzado
a llover y la lluvia cae lentamente…”